Medicina vietnamita
La medicina tradicional de Vietnam puede enseñarnos a conciliar las enseñanzas de las prácticas occidentales con las costumbres curativas de Oriente.
India, China, Tíbet, Taiwán, Corea, Japón... casi todos los países del este asiático han desarrollado a lo largo de su milenaria historia la ciencia médica y algún tipo de práctica curativa.
Partiendo de sus propias costumbres, sus creencias religiosas, los conocimientos heredados de otras culturas y los productos naturales a su disposición, han creado teorías y tratamientos médicos que mucho pueden enseñar al mundo occidental.
De todas estas disciplinas, existe un muy poco conocida. La medicina vietnamita no recibe ni un mínimo porcentaje de la atención que por sus enormes logros merece.
Sus orígenes residen en la mezcla de dos elementos principales: la medicina del Sur, doctrina popular que se remonta a tiempos inmemoriales, y la medicina del Norte, basada en los principios de la cosmogonía oriental propios de China.
Una gran conjunto de terapias que emplean todo tipos de plantas (salvajes y cultivadas), más técnicas de acupuntura y moxibustión, son el esqueleto de esta disciplina. Pero esto no significa, como ha sucedido en nuestra sociedad, que el avance de la historia la haya dejado de lado: hoy en día, una parte muy importante del sistema sanitario oficial de Vietnam se nutre de sus enseñanzas.
El desarrollo de la medicina occidental ha permitido establecer bases científicas para sus remedios y tratamientos varios, aportando aún más credibilidad y prestigio a una práctica con siglos de experiencia.
La milenaria medicina vietnamita
Orígenes: dos medicinas, dos maestros
La medicina tradicional de Vietnam empezó a tomar forma alrededor del año 2.800 a.C, cuando el hombre comenzó a vivir en pequeñas comunidades. Recolectando y cultivando los alimentos, de a poco fue posible identificar ciertas propiedades curativas en las plantas, dando lugar al desarrollo de diversos tratamientos medicinales.
Entre las muchas técnicas que se crearon en esta época se encuentran la sangría, la inhalación y la aplicación de compresas calientes. Además, los primeros médicos lograron especializarse en la reparación de huesos dislocados. Más allá de los avances en cuando a nutrición y comprensión del mundo natural, la medicina vietnamita se vio favorecida por el desarrollo de la astronomía y la bio-meteorología.
Estas primeras rácticas pusieron en evidencia los efectos terapéuticos de la alimentación. Se descubrió que los tronco del bang y del tro contenían fécula, y se consumía pan y pescado con jengibre para facilitar la digestión de los alimentos y mejorar el funcionamiento general del organismo. Por esto mismo es muy común en Vietnam utilizar cebollas, ajo y jengibre no sólo para sazonar las comidas, sino también para prevenir todo tipo de enfermedades.
Otros alimentos con efectos preventivos o terapéuticos que se empezaron a emplear en esta época fueron el arroz (en pastelitos, bolas hervidas o compacto), el betel (que, al masticarse, calienta el cuerpo y previene la penetración de energía negativa por la nariz y la boca), la raíz de granada, las hierbas de Job y la galanga. Ésta última se bebía para prevenir la malaria, enfermedad que desde siempre ha azotado la zona de Indochina.
Para el siglo III a.C. ya se había creado la técnica de destilación del alcohol, que ayudó a reforzar la efectividad de los remedios. Así, se facilitó su preparación. El descubrimiento de varias plantas medicinales nuevas en épocas posteriores mejoró aún más la situación.
Por más de mil años Vietnam estuvo bajo control de China, y fue en este momento cuando más se desarrolló su medicina. Influenciada enormemente por los avances de realizados en
ese país, la práctica tradicional empezó a tomar su forma definitiva, que aún hoy
conserva.
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